Si bien se creía que la cantidad de víctimas fatales argentinas en el atentado contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 eran cuatro, la realidad es que hubo una quinta.
Su nombre no aparece en la placa del consulado en Nueva York, que recuerda a los fallecidos nacionales en ese fatídico día, aunque sí aparece en los registros que dan cuenta de los casi 2.700 norteamericanos que murieron ese día.
Él es Guillermo Alejandro Chalcoff, un hombre de 41 años que un año antes del ataque de Al Qaeda había recibido la ciudadanía norteamericana, motivo por el cual no fue nombrado entre las víctimas argentinas del atentado ni homenajeado por las autoridades nacionales.
Nacido en Barrio Norte, partió junto a su esposa Mabel a los EEUU a mediados de la década del 80. El día que las torres se desplomaron por el impacto de los dos aviones, Chalcoff no debía estar ahí.
"Estaba ese día y a esa hora de casualidad, ya que no era empleado de la empresa que funcionaba allí. Era presidente de Accutek Information Systems, una empresa contratista independiente de la consultora Marsh & McLennan, que tenía su oficina en uno de los últimos pisos de la Torre Norte", relató Mariana Chalcoff, su hermana, quien dijo que "cuando se realizan homenajes por otros atentados, como el de la AMIA, el de la embajada de Israel o el de Atocha, en España, me hermano con todas y cada una de sus víctimas, porque, en definitiva, mi hermano fue víctima de cuestiones políticas", publicó el diario La Nación.
Su nombre no aparece en la placa del consulado en Nueva York, que recuerda a los fallecidos nacionales en ese fatídico día, aunque sí aparece en los registros que dan cuenta de los casi 2.700 norteamericanos que murieron ese día.
Él es Guillermo Alejandro Chalcoff, un hombre de 41 años que un año antes del ataque de Al Qaeda había recibido la ciudadanía norteamericana, motivo por el cual no fue nombrado entre las víctimas argentinas del atentado ni homenajeado por las autoridades nacionales.
Nacido en Barrio Norte, partió junto a su esposa Mabel a los EEUU a mediados de la década del 80. El día que las torres se desplomaron por el impacto de los dos aviones, Chalcoff no debía estar ahí.
"Estaba ese día y a esa hora de casualidad, ya que no era empleado de la empresa que funcionaba allí. Era presidente de Accutek Information Systems, una empresa contratista independiente de la consultora Marsh & McLennan, que tenía su oficina en uno de los últimos pisos de la Torre Norte", relató Mariana Chalcoff, su hermana, quien dijo que "cuando se realizan homenajes por otros atentados, como el de la AMIA, el de la embajada de Israel o el de Atocha, en España, me hermano con todas y cada una de sus víctimas, porque, en definitiva, mi hermano fue víctima de cuestiones políticas", publicó el diario La Nación.
Fuente: Infobae
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